
Pablo Gianera escribe sobre el mítico encuentro entre Paul Celan y Martin Heidegger.
«La poesía de Celan, como la prosa de Heidegger, es radiante, lo que no quiere decir que esa luz envuelva de inmediato a quien la lea; es más bien esa claridad extrema aquello que impide una mirada inquisitoria, y puede pasar que esa claridad encandile y termine cegando aun al mismísimo poeta. La claridad extrema no implica que sea excesiva; es extrema porque no ilumina más de lo que tiene que iluminar, porque toca su propio linde»
Leé el ensayo completo en el siguiente link: